52 retos de escritura. Semana #1 Cartas desde el mañana


Me había quedado dormida en el sofá cuando un golpe seco en la puerta de mi apartamento me despertó sobresaltada. La copa de vino que tenía en la mano antes de quedarme dormida se había caído sobre la alfombra. No es que me importaba, a estas alturas de mi vida poco me importaba ya. Me giré hacia la puerta maldiciendo para mis adentros que alguien hubiera interrumpido mi siesta. Últimamente mi rutina era levantarme de la cama a las dos de la tarde para comer unos macarrones de sobre junto con media botella de vino sentada en el sofá y a continuación una buena siesta mientras alguna novela turca me arrullaba con sus dramas. Por eso el echo de que me hubieran interrumpido no me sentaba nada bien. 

Al girarme me di cuenta que alguien había echo pasar un sobre bajo la puerta de casa. Me levante y abrí la puerta, pero no había nadie en el rellano ni se veía a nadie por el hueco de las escaleras. Cerré de nuevo y me agache a recoger el sobre. No tenía remitente, solo mi nombre pintado con una letra que se parecía mucho a la mía. El matasellos tenía la fecha de 2052.

Lo abrí con cuidado.

Querida yo:

Por fin he echo que te levantes del sofá, lo cual ya es un triunfo. Me extraña que hayas podido llegar hasta la puerta con la cantidad de mierda que acumulas últimamente en casa. Lo se porque yo soy tu. Si, te habrás quedado de piedra pero así es. No he tenido mas remedio que interrumpir tu rutina para ver si espabilas porque, sinceramente, tu inactividad de estos meses ha arruinado mi vida, por lo tanto, también arruinaras la tuya. 

Espabila de una vez, te lo digo porque te quiero, porque me quiero a mi. Estas pasando por un bache, pero si haces algo ahora solo será temporal. Yo con tu edad no lo hice, por eso te escribo esta carta, para que no nos vuelva a pasar lo mismo. Si no sales de casa y retomas tu vida perderás a Laura y a María. Que esta bien que te llamen todos los días pero al final se cansaran si no les coges el teléfono. De echo hoy será el ultimo día que te llamen, así que contesta y queda con ellas.

Cuando te llamen dúchate, arréglate y sal a comerte el mundo. Tienes 35 años ahora y las oportunidades están ahí. 

Martín el de la frutería tiene un primo que tiene un taller y esta buscando trabajadores, así que pásate por allí, te aseguro que te irá bien.

Yo ahora tengo 65 años y he perdido la vergüenza para casi todo. Y por eso te digo que venga ese culo arriba. Se que Manuel nos dejo el corazón algo tocado pero hay mas peces en el mar. ¿Recuerdas lo que nos decía la abuela Pilar? "Una princesa no pierde su corono por un plebeyo" y "a la mujer bigotuda ni de lejos se le saluda"... 

Quédate con la frase que mas te guste y sal.

No te vas a arrepentir si me haces caso.

Un saludo

                                                                                                        Tu yo con 30 años más de experiencia


Volví a guardar la carta en el sobre después de releerla otra vez. Me empezaron a temblar las rodillas tanto que tuve que apoyarme en el sofá. Una carta de mi misma de dentro de 30 años. No podía ser. Pero la letra era mi letra. las mismas íes con pequeños círculos por puntos. Las emes que parecen enes escritas con prisas. Además el matasellos..  La decisión de dejar de beber se colaba por mi mente poco a poco.

No me había recuperado todavía del susto cuando el teléfono empezó a sonar. En la pantalla apareció el nombre de Laura. Descolgué porque eso es precisamente lo que la carta me pedía hacer. 

-Hola Laura.

-Valla que alegría por fin nos coges el teléfono. ¿Cómo estas?¿Cómo te encuentras? 

-Bien estoy bien un poco confundida, supongo.-Conteste de forma automática sin saber muy bien que decir.

-Bueno que nos hayas cogido el teléfono ya es un paso muy importante. Pasamos dentro de una hora a buscarte, hemos quedado para cenar, así que arréglate.- Y me colgó sin dar tiempo a una contestación negativa.

Dejando el teléfono encima de la mesa después de la llamada me di cuenta que realmente mi situación era mala. Hacía días que no salía de casa, desde hace un mes que me echaron del trabajo. Días que no limpiaba, desde mi ultima visita que fue mi exnovio cuando todavía era  mi novio, para decirme que se acababa, como aproximadamente tres semanas. Y días que no me duchaba, mas o menos el mismo tiempo. Me alimentaba de botes de albóndigas en salsa y pasta de sobre que pedía por internet y había perdido el contacto con toda la gente que me importaba de verdad. 

En ese momento decidí que la yo del futuro o quien quisiera que hubiera escrito esa carta, tenía toda la razón del mundo. Así que en la hora que tardaron mis amigas en llamar al portero, yo cogí una bolsa de basura bien grande y recogí toda la mierda que había acumulado entre el sofá y la mesita de centro. Ventile la casa abriendo las ventanas de par en par. Fregué cocina y baño. Me duche y peine y vestí como la yo que era antes. Y así, ordenando la casa, ordene mi mente, que falta le hacía, y para cuando sonó el timbre la que era YO ya estaba otra vez dispuesta a comerse el mundo.




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