mi primera entrada
Dicen que de los errores se aprende, que de hacerlo mal una y otra vez mejoras, que de tropezar y caer te levantas con nuevas experiencias y una lección bien aprendida para no volver a caer.
Y eso es precisamente lo que quiero conseguir con este blog. Quiero equivocarme, cometer errores, caerme y con las rodillas raspadas levantarme otra vez habiendo aprendido la lección.
Tengo claro cual es el final que quiero conseguir y la meta me esta esperando. Voy a poner todas mis energías en este blog y en ese final, y espero que este aprendizaje me sirva para crecer como persona. Para, sobre todo, sentirme capaz de hacer algo que llevo muchos años queriendo hacer, escribir, para quien me quiera leer, para aprender, y para mi, solo por y para mi.
Os dejo uno de los primeros textos que escribí. Un breve relato de esos que escribes cuando por fin tomas la decisión de sentarte a hacerlo. La calidad no será la mejor pero me siento orgullosa de él.
Porque me demostré a mi misma que podía escribir.
El teléfono comenzó a vibrar encima de la mesa. Javier lo miro con el rabillo del ojo sin apartar las manos del teclado del ordenador. En la pantalla se leían las letras D. M. Cerciorándose de que ningún compañero estuviera cerca y pudiera escuchar aquella conversación cogió el teléfono.
-Dime.
-Javier, soy yo, Diego.
-¡Hostia me vas a meter en un problema si sigues llamándome aquí!-digo Javier con los nervios a flor de piel.
- Ya lo se, lo se, pero tengo que viajar a París y con la orden del juez… ¿Qué pasaría si cojo un avión, me monto, voy y vuelvo? ¿Qué posibilidades hay de que me meta en un lío?
-Vale te lo miro esta tarde y luego te pego un toque.
Colgó e teléfono con una sensación desagradable. Hacía un par de años que la “Operación Beautifull” estaba en marcha. El cerco se estaba cerrando sobre Diego Moreno, traficante, y por tanto se cerraba sobre él, Jefe de la unidad de drogas y crimen Organizado.
Ya no sabía como salir de ese embrollo. No podía dejar de lado al narco, puesto que el nivel de vida que se gastaban el y su mujer lo estaba pagando gracias a los chivatazos y trabajos que hacía para el narco. Su trabajo hasta hace bien poco solo era reducir el personal en los lugares donde Diego iba a hacer las entregas y hasta ahora todo había salido bien. Sin embargo el último mes notaba raro el ambiente en el cuartel y si se descubría todo iba a salir muy mal parado.
Se volvió hacia el ordenador con el fin de terminar el informe y buscar en la base de datos la información que le había pedido Diego.
A las nueve de la tarde acababa su turno. Javier Montoro, apago el ordenador y recogió sus cosas para volver a casa donde seguramente su mujer habría preparado un guiso de conejo de esos de chuparse los dedos. Sin embargo no había cruzado la puerta de la calle cuando un compañero le llamo desde el ascensor.
-Javier te llaman del despacho de Garcia. Tienes que subir.
Mierda. Sabía lo que eso significaba. García era asuntos internos. No iba a hacer cábalas pero no pintaba bien.
Subió al tercer piso y nada mas abrir la puerta del ascensor estaba ahí García. Mirándole. Sus ojos expresaban todo lo que ya Javier intuía.
-Entre por favor, Montoro
Dentro del despacho para desconcierto de Javier se encontraba su superior Alfonso Díaz.
-Bien, tome asiento por favor.-García entro con todo lo que tenia- Sabemos de su colaboración con el Narcotraficante Diego Moreno, tenemos pruebas, llamadas, accesos a la base de datos y alguna imagen de su colaboración con ellos. Tenemos acceso a sus cuentas bancarias e imágenes suyas y de su mujer con jefes narcos que están siendo investigados. Por lo cual tenemos que pedirte que entregues la placa y la pistola. Estas suspendido de empleo y sueldo hasta que asuntos internos termine con la investigación.
-Te recomendamos que busques un buen abogado Javier- Alfonso le miraba como si no le conociera. En sus ojos se podía leer una tremenda decepción.- ¿Tienes algo que decir?
Un sudor frío corría por la espalda de Javier pero no iba a dejar que vieran el miedo en sus ojos. Si había conseguido engañarlos a todos durante tanto tiempo no iba a caer ahora.
-No estoy de acuerdo con nada de lo que habéis dicho. No voy a aceptarlo, no vais a encontrar nada. He sido un policía honrado toda la vida. No tenéis nada.
- Me as decepcionado. Llevároslo por favor.-Alfonso aparto la vista. No podía entenderlo.
Meses después, aun con un buen abogado, todas las pruebas apuntan a Javier. Y a la espera del juicio, la cosa pinta mal.
Comentarios
Publicar un comentario