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He atravesado el espejo

He atravesado el espejo. Estoy en el otro lado. Giro sobre mi misma ante la inmensidad de lo ocurrido. Detrás de mi la luz que entra por el hueco proyecta mi sombra que enseguida queda engullida con la oscuridad que me rodea. A mi derecha nada. A mi izquierda nada. Y delante de mi nada. Absoluta oscuridad mire hacía donde mire. Me giro de nuevo hacía el único punto de luz. Hacia la habitación en la que antes me encontraba. Que diferente parece todo desde esta nueva perspectiva. Incluso yo me veo diferente. La oscuridad que me envuelve me produce una sensación fría, mitigada únicamente por el calor que emana ese haz de luz que proviene del espejo. Esto me confunde y al mismo tiempo algo en mi interior me dice que es perfectamente normal.  Siento que algo tira de mi hacia atrás con fuerza. Unos hilos infinitos que me arrastran hacia la oscuridad. La luz del espejo se hace cada vez más pequeña, mas insignificante, y al mismo tiempo yo me hago más grande. Tomo conciencia de cada parte de m

caramelos de Violeta

  Odio este olor pestilente a rancio y medicinas. Mi madre me obliga a venir y no se para que, la abuela no se entera de nada. Además paso de sentarme en esa habitación oscura mientras mama llora en silencio. Tampoco es que prefiera sentarme en estos escalones fríos pero ya que tengo que estar desde las escaleras de la residencia puedo contemplar las idas y venidas del resto de abuelos. Mira que es feo ese papel pintado de flores amarillas de las paredes de la residencia de ancianos. Y hace demasiado calor. Preferiría estar en el skate con mis amigos y no en este edificio apestoso. -Hola muchacho. ¿Qué haces aquí solo? Las escaleras están frías. Levanto la mirada hacia un señor arrugado como una pasa. No es muy alto y va bastante encorvado apoyado en un bastón. En medio de su cara, una nariz grande y morada atrae todas las miradas. Al verse observado sus finos labios me devuelven una sonrisa leve con muchas arrugas alrededor. -Que estas comiendo? - Sus huesudos dedos señalan una

La mejor decisión que me cambio la vida #19 retos de escritura

La mañana había comenzado lluviosa y gris. El viento azotaba las persianas y el frío se colaba por las rendijas y los agujeros de aquella oscura y vieja casa, creando corrientes de aire que hacían estremecerse. Un ligero escalofrío recorrió la espalda de Mariana, obligándole a echarse un chal por encima. Odiaba esa casa con todas sus fuerzas. Olía a humedad, las paredes se desconchaban y la lumbre que ardía en la estancia resultaba insuficiente para calentar los recovecos del antiguo edificio. Sin embargo no podía ir a otro sitio. El destino le había llevado por caminos llenos de piedras, hasta acabar escondida en esa grande y fría casa. Pero volvamos a hace unos meses, cuando Mariana tomó la decisión que la llevó a esta situación. Mariana vivía con su padre en un pequeño apartamento en un bloque de clase media baja. Su madre, con la que apenas tenía contacto, trabajaba para una compañía de circo desde que Mariana tenía cuatro años, por lo que jamás se encargó de ella. Fue su padre el

búsqueda de un paisaje retos de escritura semana #51

  Amanda corría por el pasillo del hospital buscando desesperada a una enfermera que le pudiera mostrar donde encontrar a su padre. Hacía una hora que le habían llamado diciendo que había sufrido un atropello y que se encontraba grave, y allí estaba ella, corriendo por las urgencias, intentando dar con él. Llegó al mostrador de información y enseguida un celador le acompaño a la sala donde tenían a su padre. Sin embargo al llegar no había nadie y una enfermera acudió a su auxilio. Por su gesto pudo comprobar que algo no iba bien, y temiéndose lo peor, le confirmaron que su padre no había sobrevivido al traslado en la ambulancia. La enfermera la acompaño todo el rato que hizo falta para que no desfalleciera y le llevó a ver el cuerpo. Tras varias horas hablando con enfermeras y funerarias sobre los tramites a seguir, Amanda abandonó el hospital triste y cansada, y con la bolsa de las pocas pertenencias que su padre tenía en el momento del atropello. Fueron unos días melancólicos e inte

Un día cualquiera en la vida de Hades 52Retos de escritura semana #10

  Hades miraba a Cerbero mientras este masticaba ruidosamente un hueso a los pies de su trono. Su vida era sumamente aburrida. El rio que corría a sus pies transportaba las almas de los muertos y llenaba de sonoros lamentos cada rincón de la caverna. A su lado Perséfore descansaba recostada sobre un diván balanceando los pies lentamente. -¡Ah! ¡Qué aburrida es la vida aquí abajo! Cuando repartimos reinos yo me quedé con la peor parte sin duda. - Hades se lamentaba de su mala suerte. - Querido no aguantarías ni un día en la superficie. - Perséfore bromeaba siempre que Hades sacaba el tema sabiendo que se tendría que resignar, pues poco podría hacer para cambiar lo que ya estaba echo. -¡Como que no! Gobierno muy bien el mundo de los muertos y mejor lo haría en el de los vivos. - El enfado de Hades era monumental, hervía de rabia cada vez que su mujer se burlaba de él. -Pues si tan bien crees que lo harías pídele a Zeus que te cambie un día. La risa de Perséfore retumbó en el

52 retos de escritura semana #14 El paquete misterioso

  Había sido un extenuante y larguísimo día. Leonor volvía a casa después de una larga jornada de trabajo tras haber tenido que coger dos líneas de metro y una de tren de cercanías para poder llegar hasta su apartamento en uno de los barrios mas conflictivos de la ciudad. Empezó a llover nada más salir de la estación y tras la cortina de agua esperando en la esquina a que el semáforo cambiara de color Leonor miraba el bloque de apartamentos con la fachada desconchada que era su hogar y se lamentaba de la mala suerte que tenía por tener un trabajo tan mal pagado y desesperante y no poder aspirar a algo mejor. En el portal la montaña de basura le impedía entrar y cuando lo consiguió un hombre la arrolló al intentar este salir antes que ella. Estaba claro que había entrado a comprar algo de droga. Se cruzaba con gente de todo tipo que acudían a casa de algún vecino a conseguir sustancias que ella despreciaba por completo. Cuando consiguió subir los tres pisos evitando resbalones en las

mi penosio 52 retos de escritura #semana 8

Los primeros acordes del waka-waka de Shakira de su móvil despertaron a Miguel de su profundo sueño. Odiaba esa canción y su hermana se la había puesto como tono de llamadas porque a ella le encantaba. Sin abrir los ojos cogió el teléfono de la mesilla de noche y descolgó sabiendo de antemano que era precisamente ella la que llamaba.  -¿Qué quieres Ágata?- Respondió con la cara hundida en la almohada. -¡Buenas noticias Miguel! Me han dado el trabajo en la fábrica. -Genial.. Bienvenida al mundo del proletariado cansado... las largas jornadas y el bajo salario...-contestó irónico. -¡Pero que dices! Las condiciones son geniales. Ocho horas de lunes a viernes así que tengo los fines de semana libres y me van a pagar ¡mil ochocientos euros! Me voy a poder independizar por fin y no sabes las ganas que tengo. Además de las vacaciones y .. -Muy bien Ágata, me alegro mucho por ti- Le cortó miguel sarcástico.- Yo trabajo diez horas todas las noches en un aparcamiento de lunes a domingo y librand